sin decir nada, nada que mi alma no pueda escuchar, y yo también vuelvo a buscar la farola, el horizonte y su bruma salada, salpicando historias, rompiendo las olas como la distancia, entre tus
palabras, mi boca muda guardando los besos y el verde, ahora entre el mar y mis ojos, que brillan con y sin esperanza, otro día sin nosotros, confesándole secretos de amores prohibidos, al mar… (Lola)