Un día me olvido feliz de la vida y sonrío a todo el mundo sin pensar en nada, y otro mañana despierto masoquista con tu frío abrazo de no estar aquí, aquí donde el amor nos hizo y deshizo a su antojo de
mil formas caprichosas, asustando a la vergüenza y cubriéndose la ropa en si misma arrugada en el suelo…
Un día te digo en silencio que te olvido, mintiéndome para tropezar con un recuerdo que olvidaste al partir, y entonces creo que lo dejaste para hacerme sufrir…
Y no hay noche que no deje una lágrima perdida encontrarme y salir, a bailar con la nostalgia hasta que bese mi boca con sabor a ti…
Ese sabor a viajar por
los mares donde naufragan los amores y quedan cada uno en
islas de silencio y soledad…
Pero un día me olvido y ese soy tan feliz de sólo pensar que quizás llegue más tarde la noche y para entonces te pueda olvidar, o ya no lleguen lágrimas, y con una sonrisa pueda al fin abrazar tu recuerdo y soñar…