tus palabras, y en mis ojos tu mirada, que serías cada día el viento que me abrazara, trayendo tus celos, y el alivio en la brisa de tu calma…
Tú lo habías dicho y yo te creí, porque cuando entregas tu alma no pensamos en mentir, y esperé cada día en el viento, un mensaje, un perfume, un anuncio de tormenta que te hiciera llegada hasta que me fui… (Lola)