A lo mejor la vida espera otra cosa de mi, y yo tan distraída no me doy por enterada, sigo mirado a lo lejos, sigo tropezando en cada piedra, pero sigo, y entre el polvo del camino lustro de lágrimas mis zapatos, de gotas que se escapan para morir en el cuero reseco estrelladas. A lo mejor no estoy distraída, y la verdad es que me ahoga la cercanía que estos días no me roban sonrisas de otras vidas, no se encuentran en mis ojos cuando al espejo me busco y siento que ya me he ido, perdida de mi misma y sin querer volver.