Mi Abismo (Maria Gabriela Micolaucich)

Empiezo a aceptar este no verme, olvidar quien era y como, ignorar quien soy, mejor o peor, por dentro y por fuera. Es que ya no soy la misma, aquella que bailaba entro mío se sentó en un rincón y mira como pasan todos, cada día, el hoy por hoy.

A veces creo en “mañanas”, para engañar a esas lágrimas siempre alertas mirando desde el balcón de mi altura y el abismo al que cae mi alma, para volverse cada vez pedazos, no quiero que caigan en el suicidio por mi falta de amor, ni sentir la sequía en su pérdida, cuando las pupilas se guarden tras las persianas oscuras de la falta de ilusión.

M.G.M.

ABISMO. Mientras tanto, ahora empieza a desangrar heridas escondidas, buscar las cicatrices, perdonar y perdonarse, en tiempos que maduran y liberan, en letras descalzas sobre el fuego del silencio.

ABISMO. Entre los recuerdos, el dolor se hace dulce, y lo dejamos libre. Te dirán quien no fuiste, quien eres, todo lo malo, y que debes irte.

La fuerza de levantarse y seguir.

Maria Gabriela Micolaucich